Capitulo I.

No necesitaba acabarse el cigarro para saber lo que venía. Si bien ahora tenía los ojos cerrados, estaba mas que visible para él el próximo paso y la dirección en la que las cosas se dirigían ahora.

No era una retirada heroica y orgullosa. Él estaba huyendo. Era un paria y no tenía dignidad, pero nada de eso le importaba mucho ahora.

En los bolsillos solo tenía su encendedor y su Ipod y en lo mas recóndito de su ser solo había una ciudad en escombros.

Él sabía que iba a tener que carbonizar los restos y destruir lo que quedaba hasta los cimientos pero no sabía como hacerlo. Por eso la consecutiva y cobarde decisión de huir. Por eso la sensación de que su interior estaba arrasado mas allá de toda esperanza.

Por eso el impulso de, contra todo pensamiento racional, comenzar de nuevo. Un comienzo fresco sin los vicios emocionales del pasado, esos que van llenando el corazón de quemaduras de cigarrillo. Nadie que no estuviera suficientemente loco podría lograrlo, pero el estaba lo suficientemente loco.

Y sabía que lo iba a lograr.

1 comentario:

Elena dijo...

jaja qué extraño este "blog"